Responsabilidad Civil: una cobertura indispensable
“Los ratones y las comadrejas”: una fábula sobre la responsabilidad
Había una guerra constante entre ratones y comadrejas. En todas las peleas que libraban ambos bandos, las comadrejas salían triunfantes.
Un día, los ratones decidieron organizar una asamblea para elaborar un plan para vencer a sus enemigos. Después de tanto debatir sobre el por qué siempre perdían ante las comadrejas, los ratones concluyeron que les hacía falta un jefe para organizar las estrategias de batalla. –Las comadrejas están bien organizadas porque tienen un líder– dijo uno de los ratones–. Hagamos lo mismo, pero nosotros nombraremos a tres para asegurar la victoria.
Todos los ratones estuvieron de acuerdo y eligieron a tres de los suyos como sus jefes. Llenos de orgullo por sus nuevos cargos, los tres jefes elegidos idearon la forma de distinguirse entre los demás soldados: vestir unas largas capas y una especie de cuernos en la cabeza para intimidar a sus enemigos.
Así, llegó la siguiente gran batalla. Y como era de esperarse, el ejército de los ratones perdió contra el ejército de las comadrejas.
Sin más remedio, los ratones tuvieron que escapar hasta su agujero para ponerse a salvo; todos lograron huir de las comadrejas, a excepción de los tres jefes, quienes quedaron atrapados en la entrada por sus cuernos. –De saber que el poder no implica vanagloria, sino responsabilidad, habríamos ganado una batalla por una vez en esta guerra –dijeron los tres jefes antes de ser devorados por las comadrejas.
Un gran poder conlleva una gran responsabilidad
Mediante esta representación de la fábula “Los ratones y las comadrejas” de Esopo, podemos observar que la responsabilidad es un valor fundamental para actuar de la manera más positiva e integral, y cómo la ausencia de ésta puede perjudicar a quienes no la ejercen cuando lo demanda una situación. Dicho de otra manera, un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Y dentro del mundo de los seguros, no es la excepción. El término jurídico más común que suele asociarse con cualquier tipo de seguro es el de responsabilidad civil, el cual se refiere a una forma de conducta legal en la cual establece que toda persona debe responder por sí misma o por aquellos sobre quienes deba responder cuando suceden daños a terceros, ya sea en su persona, su patrimonio o sus posesiones. Todo el tiempo estamos constantemente expuestos a lo impredecible. Así como la vida está llena de oportunidades, tampoco se exenta de riesgos, y en ambos casos es importante aprender cómo responder frente a ellos. Por ejemplo, cuando provocas un accidente de tránsito al impactar tu auto contra una motocicleta, estás obligado a responder ante ese daño (aun cuando no era tu intención ocasionarlo). En ese tipo de circunstancias, tu mejor opción es tener contratado un seguro de auto, ya que éste cuenta con la cobertura básica para indemnizar daños en temas de responsabilidad civil. Más que una cuestión legal, se trata de mostrar una conducta cívica tanto para ti como para las personas afectadas.
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